Podemos tener muchos conocimientos, títulos o doctorados, pero si no están acompañados de una actitud positiva, y el genuino deseo de apoyar y servir a los demás, en realidad no sirven de mucho.

Más que conocimientos académicos que son muy valiosos e importantes, la vida se trata de tener una actitud generosa y amable ante cualquier situación que se nos presente, de desarrollar las habilidades y las fortalezas necesarias para hacer frente a cualquier situación inesperada con serenidad y discernimiento, enfocadas hacia prestar un servicio a otros.

La paz interior y el amor son herramientas muy importantes en la vida, son las que permiten al individuo abrir su mente a entregar todo lo mejor de sí de manera incondicional, sin temores, envidias o celos, abriendo el canal que despierta la comprensión del valor de entregar sus conocimientos y su sabiduría al servicio de los otros.

La actitud es esa pequeña acción que marca una gran diferencia, quien tiene actitud positiva y de servicio siempre estará protegido, guiado y bendecido por el universo entero, sobre él habrá un manto invisible o fuerza cósmica, que lo conduce hacia el logro de sus propósitos y a brindar el apoyo a los demás para que igualmente logren realizar los suyos. 

Quien guarda en su interior poca intención de servir a la humanidad, o lo hace con molestia y queja, no podrá recoger una cosecha abundante y satisfactoria en nada que haga en la vida, pues todos los conocimientos que se adquieran estarán siempre encaminados a prestar un servicio a otros, cuando no se usan con este fin pierden su sentido y su fuerza y energía se van desvaneciendo hasta que finalmente desaparece.

Hagas lo que hagas, sea cual sea tu profesión, habilidad y conocimientos si no están encaminados a servir a la humanidad, a brindar bienestar y mejor calidad de vida al mundo que te rodea, en realidad son un desperdicio inútil que no traerá beneficio a nadie, que no sirve para nada, y lo que no sirve a nadie se convierte en basura que termina en la caneca de los desperdicios.  

Preguntas:

¿Revisa cuál ha sido tu actitud cuándo una persona te pide de manera inesperada un favor?

¿Te gusta ayudar a los demás o te haces el desentendido para no hacerlo?

¿Estás atento a servir a los demás cada vez que tienes una oportunidad o por el contrario te disculpas de alguna manera para no hacerlo?

Luz Stella Solano M.

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