Hemos escuchado algunas veces la frase “el amor es ciego”, hoy te hago una invitación a analizar esta frase que tal vez nos lleva a confundirnos un poco.

Algunas veces las personas se apegan a una relación tormentosa que les causa daño, se acostumbran a la compañía de alguien que definitivamente no les aporta nada positivo y que contrariamente, menoscaba sus mínimos derechos dejándose afectar y llenándose de miedos infundados, inseguridad e incapacidad de actuar y acabar con esa situación.

Ni siquiera en esos casos podemos afirmar que el amor es ciego, porque definitivamente eso no es amor, es temor, es falta de autovaloración, de decisión, y de fuerza interior.

El verdadero amor es algo completamente diferente al temor, el amor construye, no destruye, protege, pero sin menoscabar la libertad, jamás impide ser, por el contrario, impulsa al ser amado a experimentar, no somete ni se somete.

El amor no es posesivo, egoísta ni autoritario, no exige porque nada pretende, no perdona porque nada lo ofende, no critica porque comprende la grandeza y la divinidad de cada ser que ama.

No tiene miedo de expresarse, de ser dejado o rechazado, porque si ama a quien se aleja acepta su decisión y respeta su voluntad.  El amor se expresa desde el corazón, por eso debemos permitir que sea como un libro abierto al que todos tienen acceso, aunque no todos logren valorar y comprender tu amor, no dejes de darlo a manos llenas.

El amor no es ciego, ve lo mejor en el ser amado, lo impulsa a encontrar y expresar su grandeza así logra que brote en todos lo especial y único que tienen, no hay que escoger a quienes vas a amar, porque el amor es generoso y todos lo merecen.

Cuando damos amor de corazón, llegamos a los más profundo del corazón de quien lo recibe y desde allí comienzan a brotar las maravillas del amor: la generosidad, la dulzura, la amabilidad, el respeto, la comprensión, el deseo de apoyar y entregar siempre lo mejor de sí.

Aquellos que tienen acciones egoístas y equivocadas, que aparentemente no merecen tu amor, son quienes más lo necesitan. Mantén abierto tu corazón y deja que el amor fluya en todas direcciones, él solito se encargará de llegar a quien verdaderamente lo sepa apreciar. 


Ama a quien menos lo merece, porque es quien más lo necesita.


El amor no es posesivo, ni exclusivo, menos aún excluyente, mientras más se comparte y se da incondicionalmente, más se multiplica y más hermosos frutos produce.

El amor siempre regresa multiplicado, produciendo un infinito gozo en quien lo otorga y una bendición para todos los que lo reciben.

Preguntas:

¿Antes de leer este artículo, pensabas que el amor es ciego?

¿Este artículo te aclaro algún concepto acerca del amor?

¿Tienes relaciones basadas en el amor, o en el temor?

Luz Stella Solano M.

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