Mente grandiosa y corazón empobrecido

Mente grandiosa y corazón empobrecido

La gente acelerada por lo general tiende a ser irritable y mal geniada, mantiene afán, viven con un sentido de prisa interior que no les permite sentir paz, disfrutar de las cosas simples y sencillas de la vida lo que inevitablemente mina su salud, daña sus relaciones y bloquea su economía.

Mente grandiosa y corazón empobrecido

El amor propio, la imagen que tenemos de nosotros mismos juega un papel muy importante en nuestra vida y en las respuestas que damos a las diferentes situaciones que vivimos y enfrentamos en la cotidianidad.

Quienes tienen una imagen negativa de sí mismos, una baja autoestima, las personas neuróticas y pesimistas con personalidad áspera, hostil y dominante se complican la vida, generan gran cantidad de dificultades y problemas que inicialmente eran pequeños, pero qué, con su actitud negativa e impositiva logran enredar cualquier situación y un problema que era inicialmente pequeño y de fácil solución lo convierten en uno grande y complicado.

La gente acelerada por lo general tiende a ser irritable y mal geniada, mantiene afán, viven con un sentido de prisa interior que no les permite sentir paz, disfrutar de las cosas simples y sencillas de la vida lo que inevitablemente mina su salud, daña sus relaciones y bloquea su economía.

Las personas inhibidas suelen esconderse detrás del disfraz de la timidez y por lo general son taciturnos, poco amigables, solitarios y negativos. Ven problemas donde no los hay, dudan de las cosas y de las personas, pero sobre todo dudan de sí mismas. Tienen miedo de abrirse a la vida, de confiar en los otros, desconfían porque sí de cualquier persona y se van quedando solos y aburridos, con el agravante de que se enferman y dañan su sistema inmunológico.

Por el contrario, las personas abiertas, optimistas y confiadas suelen ser alegres, ríen con facilidad, hacen nuevas amistades naturalmente pues saben a ciencia cierta que la vida es bella, que no hay nada que temer porque todo lo que sucede en nuestras vidas proviene de nuestro interior.

Pócima mágica

La paz interior es la pócima mágica que soluciona todo, la paz es sanadora al igual que el amor, juntas todo lo pueden, son las socias infaltables en toda empresa exitosa, en toda relación satisfactoria y feliz, en todo logro personal.

La sanación del cuerpo no es cuestión de médicos ni de medicamentos, ellos son apenas instrumentos que nos sirven de apoyo en el proceso, pero toda sanación depende del cambio de actitud, de soltar el afán y la desconfianza, la mala sangre y el descontento, la rabia y la culpa represadas y comenzar a fluir en un mar de emociones positivas que abran paso al amor y la paz, a la alegría y la confianza en la vida, en ese momento se inicia cualquier sanación tanto emocional como física.

Antes de que se enferme el cuerpo se enferma el alma, el dolor físico proviene del sufrimiento emocional, es la manifestación del alma, se origina en una sensación de miedo y rechazo a la vida, de relaciones conflictivas y dolorosas que envenenan el cuerpo y acaban con la salud. 

Nuestra salud no debe depender de fármacos o químicos, sino de empoderarnos en nuestros valores humanos, en la imagen que tenemos de nosotros mismos, en esforzarnos por construir relaciones cálidas y amorosas.


Algunas veces el cuerpo se enferma para que se sane el alma.


Contaminación emocional

Mucha gente está convencida de que lo que nos enferma es la contaminación ambiental o la polución y eso es cierto, pero no podemos olvidarnos de la contaminación emocional, de las creencias negativas que nos vuelven seres amargados, criticones y vengativos. La agresividad, la tensión que flota en el ambiente familiar o laboral, nos enferma mucho más. 

En el seno familiar donde abunda el mal trato, los gritos, el irrespeto no pueden crecer y formarse niños alegres y seguros, las familias disfuncionales son el cultivo perfecto para la violencia y la delincuencia.

La gente neurótica no es feliz, vive continuamente insatisfecha, no cumplen sus funciones con amor y se quejan porque les duele la vida, les cuesta trabajo sonreír, abrazar, mirar a los ojos a sus seres queridos y recrearse en ellos. Están convencidas de que la vida se reduce a hacer y tener, corren continuamente tratando de hacer muchas cosas para ganar dinero y así tener cada día más y más, olvidando que todo se reduce simplemente a “SER”.

Ser feliz, disfrutar, amar, sonreír, dar, recibir, compartir y muchas otras acciones de paz y amor que nutren el alma y calman la mente.

El amor el verdadero valor

El ser humano vale por su corazón, su valor se centra en su capacidad de dar y recibir amor, de servir y entregar siempre lo mejor de sí mismo, eso nos engrandece, nos llena de paz y finalmente el corazón florece.

Somos muy inteligentes, pero poco sabios, sabemos muchas cosas y tenemos grandes habilidades y fortalezas, pero poca sabiduría. La sabiduría es lo que te permite vivir plenamente la vida, recrearte en ti mismo y en el otro, reconocer a los demás como hermanos y compañeros de camino. Somos ignorantes, no sabemos ser felices por nosotros mismos y culpamos a los demás de ello, lo que realmente le pasa al mundo hoy, todas las catástrofes y la destrucción que hacemos con la naturaleza, no es porque no seamos inteligentes, sino porque no somos sabios.

Sabiduría es simplemente saber vivir, ser feliz con lo que tenemos sin quejarnos aprovechando al máximo esos recursos, sabiduría es disfrutar la vida, crear relaciones felices, construir puentes de unión y no barreras de separación.


Tenemos una mente grandiosa y un corazón empobrecido.


 

Reflexión

El cuerpo se enferma cuando el alma está abatida.

Tres principios para crear relaciones satisfactorias

Tres principios para crear relaciones satisfactorias

Construir relaciones satisfactorias es un tema personal, una decisión de transformación personal que requiere de un esfuerzo y observación de nosotros mismos. No estamos hablando de cambiar a los otros, sino de cambiar nosotros mismos, de encontrar cuáles son nuestras fallas o debilidades que nos llevan a tener conflicto, así sea pequeño con alguna persona.

Tres principios para crear relaciones satisfactorias.

Construir relaciones satisfactorias implica primero un gran cambio interno, cuando tenemos conflictos con las personas ya sean familiares, amigos, pareja, laborales en cualquier tipo de relación, es un indicativo de que en nuestro interior hay algo que impide que las relaciones fluyan abierta y serenamente.

Puede ser que tengamos conflicto solo con una o dos personas nada más y eso nos parece poco, no obstante, es una muestra de que hay algo que debemos revisar internamente como por ejemplo cambiar cualquier actitud de rechazo inconsciente o algún comportamiento inarmónico, gestos o palabras inadecuadas que alteran a la otra persona.

Construir relaciones satisfactorias es un tema personal, una decisión de transformación personal que requiere de un esfuerzo y observación de nosotros mismos. No estamos hablando de cambiar a los otros, sino de cambiar nosotros mismos, de encontrar cuáles son nuestras fallas o debilidades que nos llevan a tener conflicto, así sea pequeño con alguna persona. 

Las relaciones armónicas producen grandes beneficios.

¿Por qué hacer esto? Porque nos reporta grandes beneficios, cada día vamos creando una vida más alegre, pacífica y feliz, somos capaces de encontrar mayor satisfacción en lo que hacemos, al encontrar más verdades que superan nuestros conceptos, al adquirir la capacidad de dar y recibir más amor viviendo plenamente y disfrutando la vida intensamente.

Las buenas relaciones surgen al manejar sabiamente los contrastes que se nos presentan en ellas. Un contraste es una situación en la cual nos encontramos con algo distinto a lo que esperábamos, como por ejemplo una persona que piensa, habla o se comporta de manera diferente a como supuestamente debería hacerlo según nuestros patrones de comportamiento, o una situación en la cual nos encontramos con eventos sociales o naturales opuestos a los esperados. 

Los contrastes son una valiosa herramienta que nos permiten apreciar las cosas de una manera diferente y más sabia, reconocer la belleza y el valor en las personas, aunque sus comportamientos sean contrarios a los nuestros.

Ante los contrastes tenemos la opción de elegir nuestra respuesta, que bien puede ser de aceptación y respeto o de rechazo. El rechazo conduce a sufrir y agravar cualquier situación, al distanciamiento y la destrucción de cualquier relación, mientras que, el camino de la comprensión conduce a superarnos y a manejar armónicamente la situación.

Los tres principios

La madurez y la estabilidad emocional de una persona se pueden medir por su habilidad para crear y mantener relaciones de alto nivel de satisfacción, tanto consigo mismo como con todas las personas con la cuales de relaciona.

Unas excelentes relaciones personales, familiares, sociales y laborales son el sustento para una vida plena de alegría, satisfacción y constante progreso, pero siempre surgirán como resultado de un trabajo de crecimiento interno y comprensión de la vida, tarea en la cual estos tres principios sirven de gran apoyo:

  1. El principio del espejo.
  2. El principio de la fruta.
  3. El principio del acuerdo.

1- El principio del espejo abre la posibilidad de conocer el mundo interno, reconociendo nuestros sentimientos y las emociones que experimentamos frente a las actitudes y comportamientos de los demás.

No es posible cambiar la imagen que un espejo refleja directamente sobre el espejo, si se quiere hacer esto, necesariamente habrá que modificar la imagen. De igual forma sucede con nuestras limitaciones, sufrimientos y miedos, que nunca podrán superarse cambiando a los demás, o luchando para modificar algo externamente.

Creemos que cambiando una situación o el comportamiento de otra persona podemos sentirnos bien, más eso no es sino una trampa del ego, la realidad es que la situación puede desaparecer temporalmente, pero tarde o temprano se volverá a presentar otra situación similar y aparecerá otra persona con el mismo comportamiento o peor, porque en el universo es bien claro que ningún aprendizaje queda pendiente, y toda dificultad se trasciendo cuando hemos aprendido lo que nos enseña.

Por eso es por lo que la lucha para tratar de cambiar a las personas es inútil, nos está mostrando aquella parte nuestra que nos desagrada, que nos hace ampolla precisamente porque solo se logrará modificar o disolver desde nuestra más profunda aceptación de esa realidad presente, desde asumir los resultados de nuestros comportamientos, respetar a los demás por desagradable que nos parezca una persona o su comportamiento y transformarnos a nosotros mismos.

2- Se basa en el reconocimiento y aprovechamiento de las grandes cualidades y valores que poseen los demás, de hacer un cambio en la manera como los hemos visto en el pasado y comenzar a verlos como creaciones perfectas de Dios que tienen los mismos derechos nuestros. Así, podremos gozarnos las relaciones con todas las personas al igual que cuando disfrutamos una rica y nutritiva fruta desechando las partes que están magulladas o en mal estado, para comernos la parte buena y jugosa.

En las relaciones cuando centramos nuestra atención en los comportamientos equivocados de los demás inevitablemente caeremos en la crítica y el juicio, pero si la dirigimos hacia sus valores y fortalezas ignorando sus defectos o limitaciones podremos relacionarnos solo con lo mejor de cada ser humano. 

La práctica frecuente de este principio nos lleva a desarrollar acciones de amor, a ser más comprensivos y pacientes y a lograr mejores relaciones basadas en la comprensión, construyendo lazos de amor y amistad duraderos en el tiempo.

3- Establecer acuerdos que garanticen la armonía en las relaciones es la forma más hermosa de construir verdaderas relaciones pacíficas, serenas y alegres, que satisfacen a todas las personas del núcleo social, laboral o familiar.

La práctica de este principio conduce a la participación de todos los integrantes en el desarrollo de los objetivos comunes, donde todos aportan y se esfuerzan en igualdad de condiciones y reciben los mismos beneficios.

Pasos para tener en cuenta en la creación de los acuerdos.

  1. Comprender y respetar el punto de vista ajeno, sus creencias, necesidades, comportamientos y opiniones, teniendo en cuenta que para cada uno su punto de vista es el mejor.
  2. Favorecer la relación y no la individualidad poniendo por encina el bien común y teniendo en cuenta que las relaciones solo pueden crecer cuando hay objetivos comunes. La individualidad tiende a ser egoísta tratando de imponer un solo punto de vista, que termina por destruir la relación.
  3. Disposición de mantener la calma y conservar la paz a toda costa, evitando alteraciones o discusiones innecesarias que bloquearían el proceso de crear los acuerdos. Establecer diálogos constructivos requiere de la disposición a mantener la calma a pesar de los posibles desacuerdos que se presenten.
  4. Usar un tono de voz armonioso, calmado y respetuoso evitando el sarcasmo y la agresión que conectan inmediatamente la defensividad y las emociones negativas, anulando la comunicación y la posibilidad de lograr cualquier acuerdo.
  5. No invalidar el punto de vista ajeno, las expresiones arrogantes con tono de superioridad que intenten imponer un punto de vista o invalidar al otro, deterioran rápidamente las relaciones y la amistad.
  6. Buscar únicamente el beneficio común de todos los integrantes del acuerdo, esto logra la satisfacción mutua que une y fortalece la relación.
  7. Pedir propuestas y escucharlas, esto significa tener en cuenta al otro valorando su opinión y sus puntos de vista, tener en cuenta las propuestas de los demás une a los participantes.
  8. Valorar al otro, reconoces sus puntos de vista, aceptarlos y analizarlos antes de ir a desecharlos. Oír al otro en tono amable, amoroso y respetuoso fortalece la amistad, la unión y permite hacer excelentes relaciones.

 


Amar es encontrar tu propio bienestar en el bienestar ajeno.


Reflexión

Para cambiar tu vida primero necesitas cambiar el enfoque que le das.

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