El pensamiento permite que una persona se haga mucho daño a sí misma sin saberlo, generando limitaciones internas, odios, rencores y frustraciones que la persona se siente incapaz de controlar. Sin embargo, también está la cara opuesta de la moneda, donde se puede generar una vida totalmente satisfactoria con resultados maravillosos externamente, a la vez que construye una inquebrantable paz interior.

En ambos casos sucede lo mismo, se utiliza libremente el pensamiento para consolidar la información que tiene la mente y obtiene resultados correspondientes con la frecuencia de vibración del pensamiento que se tiene.

Las codificaciones mentales del ser humano, comienzan a grabarse de una manera automática desde la concepción. De este modo va formándose en su fase inicial la personalidad. Cuando se llega a la pubertad, la personalidad se despierta y comienza a utilizar la información recibida hasta ese momento. Si la información recibida es de pensamientos negativos basados en creencias falsas y limitaciones conceptuales de miedo y sufrimiento, inicia un verdadero conflicto que puede llegar a destruirle la vida. En todo caso el ser humano utiliza su pensamiento para darle forma y energía a todas las codificaciones mentales aprendidas, las cuales le sirven para interpretar la vida.

El adulto que interpreta la vida desde su ignorancia, usa su pensamiento para hacerse daño a sí mismo, piensa que la vida es injusta y culpa a los demás por las experiencias de vida que le corresponden y que han sido generadas por él mismo. Instala en su mente heridas, traumas y rencores que la contaminan con un veneno letal de odios y resentimientos, causando como resultado el desequilibrio sentimental, el rechazo por la vida, abriendo caminos para que se somaticen sus pensamientos negativos en enfermedades físicas.

El pensamiento antecede cualquier acción, no puede entonces realizarse ninguna acción, sin antes haber sido pensada. Esto nos muestra como todas las acciones y comportamientos que tenemos, fueron primeramente originadas en nuestros pensamientos.

De esta forma, es claro que podemos afirmar que así como pensamos, así es nuestra condición mental, así nos sentimos y así nos comportamos.

Esto significa que cuando cambiamos nuestros pensamientos:

  • Cambia la actitud
  • Los resultados que tenemos en la vida
  • Nuestros comportamientos
  • Lo que vemos
  • Lo que sentimos
  • Las relaciones
  • La salud
  • Los recursos

Cuando cambiamos nuestra forma de pensar, cambia nuestra vida.

Dada la capacidad que tiene el pensamiento de modificar nuestra condición mental es bastante peligroso tener pensamientos originados en el miedo, la ignorancia, el odio, el rencor y demás limitaciones mentales, ya que estos deterioran la armonía interior y consumen la energía vital creando conflictos emocionales, sentimentales y mentales que nos llevan a caer en profundas depresiones, angustias, sufrimientos y enfermedades.

Los más profundos fracasos que tenemos en cualquier actividad que intentamos llevar a cabo, están originados en estas limitaciones mentales que mantienen nuestro pensamiento atrapado en un callejón sin salida, eliminando cualquier posibilidad de éxito, satisfacción o bienestar.

Cuando sintonizamos nuestros pensamientos con el poder infinito creador, dado que el pensamiento es el mensajero de la creación, podemos sanar totalmente la mente, nuestras relaciones, nuestro cuerpo y cambiar de forma total y definitiva los resultados que obtenemos en la vida. Esto se logra utilizando de forma adecuada el pensamiento, sintonizándolo en el Amor.

El pensamiento que está dirigido voluntariamente de forma sabia desde la comprensión, transforma completamente la personalidad y libera la definitivamente la mente, de las cadenas de la esclavitud de la ignorancia.

Los pensamientos pueden modificar totalmente nuestro estado mental y por lo tanto nuestra experiencia interna, reorganizando la concepción del pasado y creando nuevas condiciones de personalidad, que permiten tener paz interior, generando una correspondencia externa de gran satisfacción y felicidad en todas las actividades cotidianas.

El pensamiento es una onda de información que viaja constantemente a través del universo, y emanándose desde diferentes puntos y dimensiones. Este permite entrelazar y mantener unidos todos los niveles y planos que existen en el universo.

La mente humana es un EMISOR – RECEPTOR de pensamientos que se mantienen en actividad constante. Por esto es de vital importancia que no le permitamos a nuestra mente sintonizarse en pensamientos negativos; ya que estos comenzarán a recibir las ondas emitidas por otros pensamientos ubicados en la misma frecuencia. Si emitimos pensamientos negativos a cambio recibiremos pensamientos igualmente negativos, volviéndose un círculo vicioso del que será más difícil salir.

Los pensamientos positivos tienen la misma característica, por lo tanto cuando nos entrenamos en emitir pensamientos positivos de forma dirigida, mantenida y sostenida, se vuelven una constante en la mente, siendo cada vez más fácil mantenernos en ellos, lo que nos lleva a construir de forma sencilla y segura una correspondencia con situaciones satisfactorias y armónicas.

Las ondas de pensamiento llenan constantemente el universo, al igual que las ondas de radio que están presentes en la atmósfera terrestre y pueden ser captadas cuando encendemos la radio, las ondas de pensamiento también pueden ser captadas por las mentes que se sintonicen en las frecuencias correspondientes.

El universo está lleno de ondas de pensamiento. Todo en este universo que habitamos vibra y tiene movimiento, todo genera ondas que pueden ser captadas por los seres vivos, en forma de sensaciones o de pensamientos. El ser humano tiene la habilidad de captar estas sensaciones y de transformarlas en pensamientos. Es decir que todo lo que existe emite ondas que pueden convertirse en pensamientos.

Por esto es bien importante comprender que la mente capta información directamente correspondiente con el propio nivel evolutivo, y de acuerdo con nuestra propia comprensión, la procesamos en forma positiva o negativa. Cuando nos ubicamos en pensamientos positivos podemos hacer cosas maravillosas para nosotros y para los demás. Cuando nos ubicamos en pensamientos negativos podemos destruirnos a nosotros mismos o destruir a los demás. Todas las personas procesan positiva o negativamente la información que captan sus mentes de acuerdo con su estado mental.

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