Para comprender lo que nos está pasando, primero debemos comprender es que no estamos siendo víctimas de ningún castigo

Ni mucho menos de una venganza por parte de nadie, estamos cosechando lo que sembramos y en esta oportunidad la cosecha no salió como esperábamos.

Tampoco es la voluntad del Padre, simplemente lo permite para que podamos verificar los resultados de nuestros actos. Esta pandemia fue generada por el hombre mediante la violación constante de las Leyes Universales.

Y la única forma que existe para que podamos aprender de nuestros errores es la verificación mediante resultados desagradables, aunque generen destrucción, muerte, enfermedad y sufrimiento. No son un castigo, responden a una necesidad de aprendizaje necesario y perfecto.

El coronavirus no es malo ni bueno, es una lección neutra, diferente, inesperada pero necesaria

En el universo no existe nada malo ni bueno, lo que está presente en la vida de los seres humanos son los resultados de sus acciones, que son permitidos por la Divinidad como herramienta pedagógica.

La idea de la existencia del bien y el mal es el producto de una mente confundida, llena de creencias falsas acumuladas en un archivo de ignorancia llamado ego, que mientras no sea limpiado conduce al ser humano a emitir juicios contra los demás, a culpar y culparse y a vivir en medio del miedo y el sufrimiento.

Mientras que desde la sabiduría y la comprensión, todo es necesario y perfecto y responde a una necesidad evolutiva. Los eventos, sucesos o situaciones que una persona enfrenta responden directa y proporcionalmente a sus acciones y comportamientos.

Es posible que muchas personas resulten perjudicadas con algún suceso, en este momento con la pandemia, habrá muchos contagiados, otros perderán sus empleos, otros morirán, pero debemos comprender que nada de esto es injusto, cada ser vive lo que le corresponde vivir según sus acciones, recogemos lo que sembramos consciente o inconscientemente, nadie escapa a los resultados de sus actos.


Todo lo que sucede, sucede por amor.


En el universo no existe injusticia, todo lo que sucede, sucede por Amor, las situaciones amargas son consecuencia de actos inconscientes, vienen como resultado y a la vez como lección, simplemente cumplen una función y estarán presentes hasta que se complete el aprendizaje; se repetirán una y otra vez, no se irán puesto que son necesarias para la evolución del ser.

No existe injusticia, existe lo justo, lo necesario, lo correspondiente

Todo suceso o situación agradable o no, llega como una necesidad de avance evolutivo. Aprendemos a través de enfrentar las dificultades que la vida nos coloca en el camino. Así, en medio del caos, del sufrimiento y la ignorancia, verificamos la existencia de leyes superiores, la presencia del amor y la existencia de un ser superior, de un orden magnífico que rige todo cuanto existe y sucede con absoluta sabiduría, que cobija todo y del cual nadie escapa.

Cuando comprendemos este maravilloso proceso, comenzamos a actuar desde la comprensión del amor universal, nos vamos liberando de las limitaciones humanas y empezamos a generar correspondencias más armónicas y satisfactorias.

A nadie le sucede nada que no le corresponda, pero cuando le corresponde nada ni nadie podrá evitar que viva la experiencia. Las situaciones difíciles y dolorosas como el coronavirus no son malas, simplemente suceden como herramienta universal para elevar el nivel de conciencia del planeta, al vernos en la necesidad de hacer cambios inesperados, desarrollar estrategias de sobrevivencia, de apoyarnos unos a otros, de actuar con amor, aceptación y respeto, todos empezamos a cambiar, descubrimos que con paciencia y adaptación las cosas fluyen más y los resultados son satisfactorios.

Es posible que sea una prueba difícil para muchos, pero nunca será mala, solo necesaria, todos estamos creciendo gracias a ella, estamos haciendo algo que nunca habíamos hecho, quedarnos en casa quietos, teniendo la oportunidad de entrar a nuestro ser interno, de conocernos y descubrir nuestro sol interior.

La invitación espiritual no hace referencia a que permanezcas encerrado en la casa física, desde esta visión de desesperación, te sientes solo y te llenas de temor. La verdadera invitación es a que entres en tu casa interior, a que te encuentres contigo mismo, a que te conozcas, te moldees, te superes y crezcas cada día más. A que encuentres tu verdadera felicidad, la que solo puede nacer en lo más profundo de ti.

Quien deja de ver el coronavirus desde el miedo y las ideas absurdas y limitantes de la sociedad, y adquiere una visión más amplia viéndolo desde la grandeza de la voluntad divina, desde la comprensión de que todo tiene un sentido y una razón de amor, podrá reconocer su inmenso valor y ponerle la cara con la convicción de que pasará la prueba según su propia correspondencia.

La acción más sabia en estos momentos de confusión y oscuridad es “cambiar”, adaptarnos y mejorar

Y lo anterior, en todos los sentidos de la existencia, ser una mejor persona cada día, sembrar en tu interior semillas de amor y paz que te permitan obtener una cosecha satisfactoria y feliz cuando se cumpla el ciclo.

Tenemos libre albedrío, que no es otra cosa que la facultad que nos ha sido dada para elegir el camino deseado, para tomar decisiones y asumir los resultados de estas, con la certeza de que dichas decisiones serán respetadas por el universo, como una orden inmutable. Quien elije el miedo, el orgullo, la culpa y el juicio, cosechará los resultados directamente correspondientes y matemáticamente exactos con su elección.

Igualmente y en la misma proporción sucede a aquellos que eligen el amor, la paz, el servicio como herramienta de amor para apoyar al mundo que lo rodea y la felicidad lograda mediante la gratitud y valoración de todo lo que tiene en sus manos en este momento.

Cada uno decide, ¿Qué decisión tomas? ¿Cuál camino quieres seguir? Solo tú decides, si eliges el camino del temor, el rencor, la soberbia e incluso la preocupación, ten presente que elegiste el camino más largo y difícil, en él encontrarás situaciones dolorosas que finalmente te conducirán al amor y la paz, pero luego de pagar un precio muy alto, que además si no aprendes deberás repetir.

Mientras que si eliges el camino del amor, el respeto, la adaptación y la gratitud, vivirás igualmente situaciones unas más difíciles que otras, pero siempre estarás tranquilo, conservando la paz interior y comprendiendo que los sucesos son necesarios y valiosos, siempre con herramientas en las manos para enfrentar cualquier cosa desde el amor, la paz y la comprensión.

Este camino traerá a tu vida de manera absolutamente innegable y fácil de verificar los resultados satisfactorios y maravillosos que tu corazón anhela.

Reflexión

El coronavirus no es bueno ni malo, responde a una necesidad de aprendizaje de la humanidad, que está siendo lanzada a un nivel de conciencia más elevado.

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