Cuando estás en paz inevitablemente irradias paz y contagias tu entorno, los demás sienten tu tranquilidad y la paz que transmites los tranquiliza a ellos también.

Una persona que ha desarrollado la paz en su interior es fuente de inspiración para otros, su compañía calma y alegra el alma de aquellos que están alterados o sufren por alguna causa, atrae su atención pues reciben una irradiación que a cambio de chocar con su energía, la acaricia amorosamente diluyendo sus temores y preocupaciones.

En todo lo que haces estás aprendiendo y enseñando, deja entonces que en cada una de tus relaciones tu alma aprenda algo de la otra persona, abre tu mente comprendiendo que las experiencias de los otros pueden aportar mucho a tu vida.

Igualmente, con tus acciones, palabras y respuestas a las situaciones de la vida estás enseñando algo a los demás, permite entonces que tu lección de cada día lleve una luz de optimismo e inspiración llenando su corazón de ilusión, esperanza y confianza en un mundo mejor, en una vida bella centrada en el amor y la paz interior.

Cada día da los pasos necesarios dirigidos hacia una actitud serena y centrada, cierra por unos instantes tus ojos, respira profundo relajando suavemente tu cuerpo para permitir que la luz divina penetre en él, esos momentos son la mejor inversión que puedas hacer, son los que mantendrán ardiendo tu ser con gran resplandor, irradiando paz y amor para influir y transformar no solo tu interior, sino el mundo a tu alrededor.


Un ser de paz inspira a los demás.


En la medida en que vamos avanzando y recorriendo el camino hacia la construcción de una vida plena de satisfacción y paz, también crece el compromiso de servir a los demás, no podremos alcanzar una paz verdadera y duradera, sino logramos impactar las vidas de otros con nuestro ejemplo, sino servimos con entrega y devoción en la medida de nuestra capacidad y voluntad, y especialmente sino dejamos de lado nuestro ego, para escucharlos con atención, validando sus preocupaciones y tristezas, brindando nuestra comprensión y aceptación.

Quien realmente ha construido la paz en su interior, se convierte en un imán que atrae a aquellos que están pasando por momentos dolorosos y se sienten agobiados por sus problemas, no porque los demás quieran descargar sus problemas en ti, sino porque su ser interior se siente atraído por la vibración que emite el tuyo.

Querrán acercarse a ti, preguntarte, escucharte, pero principalmente satisfacer su gran necesidad de sentirse escuchados, amados y tenidos en cuenta por otros. Quien tiene paz logra el milagro de calmar al abatido con su sola presencia, con pocas palabras o con una simple sonrisa, pues no se trata de una conexión personal sino espiritual, que es tan poderosa y profunda que conecta las almas de manera suave y natural.

Sé un ejemplo de paz, no por los demás sino por ti mismo, porque no hay mayor satisfacción en la vida que sentir la plenitud y gozo interno que genera la paz, pero especialmente por la infinita dicha que produce saber que además de ser el primer beneficiado estás inspirando a otros con tu ejemplo para que hagan lo mismo.

La paz interior es el tesoro grandioso que te permite irradiar a los demás, transformar el entorno que te rodea, iluminar el lugar donde te encuentras e inspirar las vidas ajenas.

Reflexión

La paz interior no tiene precio.

La paz interior es el resultado alcanzado después de un arduo trabajo interior de controlar consciente y voluntariamente el ego.

¿Te le mides a realizar ese trabajo?

Luz Stella Solano M.

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