El Universo es inteligencia pura, creado para que todos podamos vivir en paz, ser felices y alcanzar la total plenitud de la vida, pero, las creencias erradas y los conceptos sociales aprendidos impiden que lo logremos.

La ausencia de paz interior

Las situaciones conflictivas que vivimos diariamente afectan negativamente nuestro rendimiento frente a las responsabilidades de la vida, la respuesta que damos a las diferentes circunstancias que se nos presentan cotidianamente depende de nuestra visión de la vida, de la paz interior que tenemos y de nuestra actitud. 

La ausencia de paz interior, el miedo y la creencia de que necesitamos algo externo a nosotros para ser felices nos nubla la vista causándonos sufrimiento y angustia, que a su vez generan desorientación, falta de autovaloración, apatía y pérdida de interés por la vida, la familia, el trabajo y las relaciones.

El propósito

El ego nos hace ver la vida como una experiencia agotadora y difícil donde cada día debemos luchar por la supervivencia y, mientras la mente este afectada por esta idea equivocada la persona vivirá irremediablemente condenada al sufrimiento del cual jamás podrá escapar.

Uno de los propósitos fundamentales de los seres humanos es triunfar y alcanzar el éxito en la vida tanto a nivel profesional como personal y familiar, sin embargo, es poco probable que esto se dé, cuando vivimos esclavizados a una serie de creencias equivocadas que nos llenan de temor y nos roban la paz interior.

En un mundo donde existe la lucha por la supervivencia y cada uno debe esforzarse por separado para conseguir el sustento propio y el de sus seres queridos, no existe otra alternativa diferente a la de devorarnos como fieras salvajes, viviendo al acecho como cazadores en busca de su presa. Así, a cambio de ser seres humanos que nos apoyamos mutuamente brindándonos soporte unos a otros, nos convertimos en miserables cazadores reproductores luchando en un campo de batalla desolado y peligroso.

Esta aterradora forma de vivir nos aleja del propósito verdadero de nuestra existencia, que se reduce única y simplemente a un hermoso aprendizaje que no solo puede, sino que debe ser agradable, sencillo y especialmente pacífico.

Estamos aquí para aprender, no para luchar

Una hermosa forma de vivir la vida es comprender que estamos aquí para aprender a amarnos los unos a los otros, comprendiendo que somos hermanos, hojas de un mismo árbol o hijos de un mismo Padre. Que luchar para sobrevivir es innecesario puesto que nuestro sustento está garantizado cuando aceptamos y entendemos que la vida está regida por leyes divinas y en lugar de irnos en su contra, nos dejamos impulsar por la corriente sin mayores esfuerzos, llenos de armonía y paz.

No hay que luchar, hay que amar y disfrutar, hay que servir a los demás con alegría y un genuino deseo de apoyarlos en sus propósitos. Cada vez que brindamos a otros lo mejor de nosotros, el universo automáticamente se dispone a enviarnos un torrente de bendiciones que nos favorecen e impulsan a conseguir aquello que tanto anhelamos.

Problemas

Aquello que llamamos problemas no se resuelven luchando ni atacándonos unos a otros, son solo situaciones necesarias que nos sirven de entrenamiento para desarrollar una paz invulnerable y una capacidad de servicio inalterables. La vida se trata de lograr aquel estado de serenidad y calma que nos convierte en aprendices eficientes y en seres amorosamente pacíficos, compartiendo un delicioso paseo que no solamente es corto, sino que además es irrepetible, puesto que cada experiencia es única.


Ningún problema se resuelve luchando, todos se solucionan amando.


Amar y entregar lo mejor de nosotros al servicio de otros es una clave fundamental que hace de la vida un viaje apasionante, una experiencia radiante y un aprendizaje emocionante. 

Nada puede superar la sensación de bienestar y paz que sentimos cuando sabemos que hemos prestado un verdadero servicio a otros, o cuando con alguna acción nuestra por pequeña que sea logramos mitigar el sufrimiento y el dolor ajeno. 

La clave de la felicidad está en el amor incondicional y el servicio a la humanidad. Quien quiere encontrar la felicidad solo debe enfocar sus conocimientos, capacidades y fortalezas hacia el bien común, sino que además debe hacerlo con total convicción, dando en todo momento lo mejor que puede y sabe.

Quien quiere paz interior debe amarse primero a sí mismo y luego amar al mundo y a todas las personas que le rodean. No olvidemos el amor es la clave para dejar de luchar, entregarnos con entusiasmo y alegría a realizar nuestras labores diarias es el secreto fundamental para vivir felices, prósperos, saludables y especialmente pacíficos.

Luz Stella Solano M.

¿Estás luchando o ya estás conectado con tu verdadero propósito?

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