El día de la mujer más que una celebración es una conmemoración, son dos palabras diferentes que no son precisamente sinónimos completos.
Celebrar es sinónimo de festejar, es mostrar o sentir alegría por algo. Conmemorar encierra en su estructura interna el concepto de memoria “Recordar solemnemente algo o a alguien, de una manera especial”, independientemente que se esté conmemorando un evento triste o feliz.
En el día de la mujer también se conmemora un incendio sucedido el 25 de marzo de 1911, donde 123 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico Incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, por no poder salir del edificio, pues habían sido encerradas sin posibilidad de escapar. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
El día de la mujer es para reconocer la grandeza de la mujer, no para dar regalos materiales y comerciales, sino para verla con los ojos del amor y la nobleza del corazón. Para verla, sentirla y admirarla como lo que es, una Diosa Consiente.
La Diosa Consciente
En una época, en una sociedad donde los valores femeninos llegaron a la degradación y casi logran perder su esencia, donde la mujer tiene que luchar, competir y arreglárselas para ser reconocida, es necesario revivir la importancia de la energía femenina, despertar a la nueva vibración de nuestra madre Tierra, donde la mujer ya no solo debe ser reconocida como tal, sino como una Diosa con una gran misión que cumplir: colaborar en el despertar espiritual del hombre y servir como canal de amor y ternura que engendra la vida; ser guía, impulso y motor de una nueva sociedad más equilibrada y gentil.
En lo más profundo del corazón de cada mujer, hay una gran guerrera, que no se resigna, que nunca pierde su entusiasmo y amor por la vida que engendra y alumbra, que está dispuesta a viajar a su interior y conectar a la guerrera, sintonizar la diosa interior, que le muestra la profundidad de su misión aquí en la tierra.
El hombre no tiene por qué estar marginado de este evento, simplemente las nuevas energías emanadas por la Pachamama le han asignado un papel diferente, le entrega una invitación a soltar los apegos materiales y remontarse a las riquezas espirituales, desaprender lo innecesario, soltar las cargas del pasado y los miedos del futuro para que pueda volver a volar libre de incómodos equipajes pesados y agotadores.
Bella mujer a tu corazón le hablo, a tu conciencia quiero llegar para enseñarte a ver lo grandiosa que eres; despierta tu belleza interior, no te dejes manipular por un medio que te hace creer que lo que vale es tu belleza exterior, despierta ya y comprende que la verdadera belleza irradia desde las profundidades de tus entrañas y esa no puede ser manipulada y explotada por oscuros deseos.
Que tus palabras sean flores, que tus ojos no vean sino perfección, que tus manos no hagan sino sanar y bendecir, que de tu mirada broten manantiales de luces perfumadas, convirtiéndote en un regalo para los demás.
Hermosa mujer, lo invisible de ti es lo que vale, no importa lo que otros vean, lo esencial es invisible a los ojos de quienes aún no han despertado, sólo los corazones abiertos y las conciencias despiertas sabrán reconocerlo. La madre Tierra nos sonríe a través de sus multicolores flores, nos abraza en sus misteriosos bosques y nos refresca en sus bellos manantiales.
En la Pachamama puedes despertar el amor de tu corazón, la paz de tu alma y la sabiduría de tu conciencia, ya no precisas hacer nada, pues el amor lo hace todo, la liberación de la mujer incluye la expansión de la conciencia, pues sólo es libre quien ve a las profundidades de su ser. La verdadera diosa, la guerrera auténtica no precisa demostrar lo que sabe, su grandeza es tal que quien está preparado la siente y reconoce y para quienes no vibran en la frecuencia del amor, ninguna palabra será suficiente.
Cuando aceptas la soledad como regalo, el silencio se torna elocuente, y todo habla, todo enseña y es evidente. Despierta y entrega tu amor incondicional, ama, ama, entrega al mundo ese don maravilloso que el Creador te dio, ama, ama.