El Universo funciona regido por 7 Leyes Universales y el cumplimiento absoluto y eterno de estas leyes permite que su funcionamiento sea perfecto, no es un ente al azar, sino un ser viviente y evolucionante dirigido por la Divinidad. Todos los procesos y lo que sucede están dentro de la ley, de lo contrario, no podrían darse, aun aquello que nos parece absurdo, inaceptable y aparentemente caótico, cumple con una función y tiene un propósito de amor.

El propósito

El propósito de esas Leyes es regir la creación y organización del Universo, como una escuela de aprendizaje y evolución de los hijos del Creador. Organizan el desarrollo de las conciencias inocentes emanadas del Creador a través de una serie de experiencias que las llevan a la sabiduría y la comprensión que su origen es el amorOrganizan el espacio, la dimensión o la realidad en la que la conciencia contenida en un cuerpo puede experimentar, determinan la duración de cada experiencia que se vive, el tiempo de todo lo que ha existido, existe o existirá.  Manejan todos los procesos que se necesitan para que estas puedan evolucionar, organizan todas las conciencias que descienden de Dios hacia la materia con el objeto de vivir las experiencias para obtener la sabiduría y la comprensión sobre el Universo y la paz que da el amor.                    

Se aplican a todo cuanto existe, a todo lo manifestado, lo generado, en todos los niveles, vibraciones, dimensiones y realidades, a todo lo que se manifiesta en todos los mundos, físico o material, en el mundo síquico, en el mental, en el astral y en el mundo espiritual.  Regulan el proceso que se vive para comprender poco a poco todo lo que existe y la manera cómo funciona.  Al conocer las siete Leyes y verificar que se aplican a todo lo que se hace, se piensa, se siente, se ve, se huele y se imagina comprendemos cómo funciona el Universo, para qué estamos aquí y hacia donde nos dirigimos.

Las reglas del juego

Comprender el Universo como una unidad es fundamental para aceptar su Divina perfección, ayuda a que el hombre se entienda a sí mismo como parte de un todo, aún con su forma racional y fragmentada de recibir la información. 

Cuando conocemos las siete Leyes Universales comprendemos las reglas del juego con que se vive en este mundo, aprendemos a no irnos en contra de ellas y a fluir con él, nos permite salir de la ignorancia trayendo como resultado la paz, la felicidad y el amor a nuestras vidas. 

Mientras no se conocen las Leyes, se violan sin saberlo, lo que produce sufrimiento.  El no conocerlas no quiere decir que no se apliquen.  La manera como un niño reconoce la existencia de la ley física de la gravedad es experimentando lo que siente al caer, se cae y sufre sus consecuencias, esto le permite tener conciencia para evitar el sufrimiento producido por una nueva caída.  Se sufre porque inocentemente se va en contra de las Leyes, eso permite reconocerlas para al hacerlo dejar de transgredirlas lo que libera del sufrimiento y la ignorancia.  

Esto es un proceso de evolución perfectamente diseñado por el creador que toma diferentes tiempos a cada individuo y a todos en general, el paso por múltiples experiencias necesarias para alcanzar la comprensión.  A lo largo de estas experiencias se aprende Ley por Ley, ascendiendo en el camino evolutivo.  Estas Leyes son exactas, eternas, constantes, inmutables y precisas, rigen un proceso de transformación y cambio permanentes que siempre va en ascenso para todos los seres vivos.

No es posible evadir la ley

No puede existir nada fuera de la Ley porque se destruiría el Universo, no podemos evadirlas ni cambiarlas porque lo acabaríamos por nuestra falta de comprensión de sus procesos, de sabiduría y por nuestra ignorancia. 

No existen excepciones que confirman la regla, quiere decir que aún todo lo que nos parece absurdo o injusto, todo aquello que es incomprensible para nuestra pobre mente humana, está dentro de las Leyes que rigen los procesos de cambio y transformación constante del hombre, forman parte de lo necesario para la evolución de las conciencias, todo lo que existe es perfecto, tiene un propósito y una función específica.

Estructura jerárquica

Estas Leyes tienen una estructura jerárquica ascendente.  Mientras más elevada se encuentra la Ley más cantidad de información contiene, por eso las leyes superiores actúan sobre las inferiores, y las inferiores jamás pueden salirse de ellas. Están divididas en dos grupos, conteniendo una de ellas en el centro, sin que esta forme parte de ninguno de los dos grupos. 

Tres Leyes conforman el grupo inferior que rigen la parte que llamamos el infierno de la vida, entre más abajo se encuentre una conciencia, más bajo vibra, más procesos tiene por vivir, más sumergido en la materia y en las pasiones animales, menos comprensión de la vida, mayor dificultad en sus relaciones con los otros seres, menos respeto por la vida propia y ajena, más rodeados de sufrimiento, más ignorancia.

La más baja es la Ley de la Naturaleza que organiza el cuerpo físico y sus procesos instintivos para que al funcionar perfectamente pueda contener una conciencia que evoluciona eternamente.  La Ley de Armonía rige los márgenes de desequilibrio necesarios para que todo se organice y exista durante un tiempo y luego cambie para generar otro proceso.  La Ley de Correspondencia determina la duración de las experiencias, el sitio donde se producen y los límites entre los procesos simultáneos de distintos individuos.  Determina cuando la conciencia está lo suficientemente madura para subir de un nivel de aprendizaje al siguiente. 

Entre la parte inferior y la parte superior se encuentra ubicada la Ley de Evolución que determina el orden y la razón de los procesos que tiene que vivir una conciencia para alcanzar su comprensión, lo que necesita aprender de cada situación o de cada vivencia, es decir determina el destino.  Permite que podamos aprender todo lo que no sabemos, que cometamos los errores necesarios para nuestro aprendizaje, marca todos los pasos necesarios para alcanzar la evolución.

Otras tres Leyes rigen la parte superior o Cielo de la vida.  Cuanto más alto ha llegado la conciencia en su desarrollo evolutivo, más alto vibra, más comprensión del Universo y sus procesos, mayor satisfacción en sus relaciones, mejor manejo de la energía, más felicidad, paz y armonía. 

La Ley de la Polaridad rige la interacción entre lo masculino y lo femenino y de todas las fuerzas opuestas que permitan generar la Creación.

La Ley de la Manifestación nos muestra cómo todo lo creado existe primero en la Mente de Dios como ideas intangibles e inmanifestadas permitiendo que luego se manifiesten o materialicen en el Universo tangible.

La Ley de Amor es el origen de todas las otras leyes, las contiene a todas y contiene toda la información codificada del Universo que permite llevar la conciencia a comprender que todo lo que sucede es por Amor, que la vida es una chispa Divina que anima todo cuanto existe,  que  es un proceso a través del cual vamos tomando información desde los niveles mas bajos de la Naturaleza, recorriendo todo el camino para que la conciencia pueda alcanzar la total comprensión de la Creación y del orden perfecto del Universo.

La siete Leyes Universales son una unión de la ciencia, el arte, la religión, la filosofía y la teología en una sola unidad, en un solo concepto que produce en el individuo una visión clara y global del funcionamiento del Universo.  No es cuestión de creer o no en su existencia, es cuestión de verificarla día a día en todas nuestras experiencias de vida, en todos los sucesos, en todo lo observable y medible.

Nos permiten darnos cuenta de que la vida es eterna para que la conciencia evolucione y adquiera en su recorrido por las distintas experiencias, la sabiduría necesaria para comprender que todo absolutamente todo existe y sucede por amor, dirigido por el Creador y organizado por las diferentes jerarquías del Universo a través de las Leyes.

El cielo y el infierno

El cielo es solamente la llegada a la parte superior del proceso, cuando ya hemos comprendido el funcionamiento del Universo, ya no existe la posibilidad de sufrimiento, porque en ese nivel de conciencia, ya se ha trascendido el triángulo inferior, ya no operan las Leyes inferiores que rigen el infierno de la vida, bajo la acción directa de la Ley de Evolución, donde se dan las diferentes circunstancias de aprendizaje que conllevan dolor físico y sufrimiento sentimental.

El cielo y el infierno no son lugares físicos sino mentales, que son determinados por un estado interno y una actitud ante la vida, por una decisión personal de aprender de la vida y sus procesos, de comprender el amor universal que nos permite entrar en un estado permanente de gozo y liberarnos definitivamente y para siempre del sufrimiento.

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Esta secuencia te permitirá conocer sobre los fundamentos de la información de la Escuela de Paz Nueva Humanidad, provenientes del Maestro Gerardo Schmedling.

Luz Stella Solano M.

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Leyes divinas que rigen el universo

Ingresando a esta página conocerás todas las leyes que rigen el universo y el efecto que producen cada momento, cada día en cada uno de nosotros.

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