La física como ciencia que estudia las propiedades de la materia y de la energía, que además establece algunas leyes que explican los fenómenos naturales, es la que más se ha acercado a esa frontera frágil entre lo que vemos y lo que no vemos y que además aún no comprendemos.
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La casualidad
El ser humano a lo largo de la historia ha elaborado diferentes hipótesis sobre el comportamiento de las partículas elementales, la existencia de campos unificados y diferentes dimensiones. No obstante, a la ciencia le falta mucho por descubrir en lo que al origen del universo se trata, quedando así un gran vacío que la conduce a atribuirle a la casualidad la organización de este.
El origen de la vida, cómo y por qué se organiza la materia universal, la raíz de las diferentes formas existentes, de las enfermedades incurables, de la violencia y el deterioro de las estructuras sociales, la causa de los fenómenos físicos y sociales que no comprendemos y por eso mismo nos parecen absurdos y caóticos sin encontrar una explicación, son incógnitas pendientes de resolver por el hombre, que en ausencia de una explicación científica valida las atribuye a la casualidad y el azar.
Surge entonces una nueva premisa que no podemos descartar solo por desconocimiento y que abre un infinito mar de posibilidades. ¿Será que este universo que habitamos está regido por el azar y el capricho, o de alguna forma nosotros los seres humanos tenemos incidencia en su funcionamiento?
O más bien, será que está regido por leyes superiores que actúan sobre nosotros a través de una vasta red de interacción de procesos y sistemas que se concatenan y regulan la organización y el crecimiento social y personal, y que, las leyes de la naturaleza y de la física son escasamente una pequeña parte de estas leyes universales.
Leyes que rigen todos los fenómenos que existen
Aparece entonces la posibilidad de que “detrás de todo fenómeno existe una ley”, que en realidad nada sucede por azar, sino que, si abrimos la mente podemos contemplar la posibilidad de que existen leyes que regulan los fenómenos sociales, emanadas del mismo centro universal del cual provienen las que ya conocemos.
Así, los procesos de nuestra civilización en el planeta tierra, dejarían de ser una rueda suelta que se mueve por impulso incontrolado en el panorama universal, y comenzaríamos a comprender que forman parte de un proceso universal organizado y sabiamente dirigido que involucra al ser humano y sus organizaciones sociales.
Aceptaríamos que existe una secuencia lógica evolutiva, dentro de la cual nuestra actual civilización es solo un peldaño más en el ascenso de la conciencia, y un eslabón de la larga cadena que une y relaciona todo el universo, desde lo más grande hasta lo más pequeño, y de lo más sutil hasta lo más denso, dándole así sentido a nuestro pasado, explicación a nuestro presente y una dirección a nuestro porvenir, con la seguridad de que avanzamos hacia una nueva forma de civilización, que indiscutiblemente manifestará mayor armonía, sabiduría, comprensión, amor y satisfacción para todos.
Conocer las leyes
Si tenemos la intención y el profundo deseo de conocer el origen de nuestra existencia humana y el funcionamiento del universo que habitamos nos queda una gran tarea, por lo demás, extensa y ambiciosa: conocer las leyes que rigen el universo y verificar con nuestra propia experiencia, que existe un gran mapa universal que maneja sabiamente nuestra cotidianidad, pero que, dentro de él somos hacedores y podemos lograr todo aquello que nos proponemos, precisamente porque el propósito de estas leyes es mostrarnos ese mapa que nos guía y que, si seguimos sus instrucciones vamos a la fija, y ciertamente lograremos todo lo que queramos, porque sabemos cómo hacerlo.
Cuando el ser humano abre su mente y acepta que existen leyes divinas superiores que le dan un sentido al ordenamiento universal, que crean y dirigen todo cuanto existe y sucede, empieza a comprender el orden universal y la razón de ser de su existencia en este planeta.
Se puede construir un mundo mejor
Muchos estamos convencidos que se puede construir un mundo mejor de lo que ha sido hasta ahora, que el ser humano puede cambiar y llegar a vivir en armonía y total respeto unos hacia los otros, que existe el amor y que la felicidad es posible, que toda situación o estado es susceptible de mejorar siempre, aunque muchas veces nos preguntamos: ¿por qué existen la ignorancia, la esclavitud, las guerras, las enfermedades, los desastres naturales y la muerte?
El estudio y comprensión de las leyes divinas que rigen el universo, sin duda alguna, despejará muchas dudas y abrirá otras nuevas y maravillosas comprensiones que nos proporcionan el conocimiento que permita crear un futuro mejor para las nuevas generaciones y para todos, la posibilidad de vivir una vida plena en armonía y paz.
Primero debemos armonizarnos nosotros mismos
Sin embargo, para iniciar el proceso de la creación de una nueva civilización, debemos comenzar por armonizarnos nosotros mismos, y el conocimiento y práctica de las leyes que rigen el universo son una herramienta de ayuda fundamental que nos conducen al actuar con sabiduría y comprensión.
A medida que vayamos adentrándonos en el estudio de las leyes iremos descubriendo y verificando que el universo es una organización perfecta, regida por leyes matemáticamente exactas. Cuando no conocemos las leyes es normal que nos vayamos en contra de ellas y es cuando empezamos a verificar una serie de resultados en nuestra vida que generan bloqueos, sufrimientos, enfermedades y problemas que no sabemos exactamente en donde se originan.
En la medida en que vamos conociendo las leyes que rigen el universo nos damos cuenta de que nuestros problemas humanos se originan en varios hechos simples, en no conocer el orden del universo y en ir en contra de él utilizando el ego, porque todavía no hemos desarrollado la sabiduría.
La diferencia entre estar en el orden del universo o no estarlo, es muy simple de identificar: cuando nosotros queremos cosas que vienen desde el ego, vamos en contra de este orden; pero cuando aprovechamos lo que la vida nos ha dado o lo que el universo nos brinda (a eso que podemos llamar lo que necesitamos), comenzamos a ubicarnos dentro del orden del universo.
El primer paso para comenzar a trabajar con leyes es poder reconocer la diferencia entre lo que necesitamos en la vida, a lo que vinimos a la vida y lo que nuestro ego quiere que la vida sea o lo que esperamos que la vida nos dé y no nos ha dado.
Nuestro campo mental tiene una estructura inicialmente inocente; es decir, no tiene información. Pero en la medida en que se va formando la personalidad vamos adquiriendo una información desordenada, llamada sistema de creencias.
Este sistema de creencias es lo que conforma el ego humano; se expresa exactamente como lo que queremos, porque lo que queremos es lo que satisface nuestro ego. El ego no es sabiduría, no reconoce el amor ni las verdades del Universo; es una herramienta para que a través de ella podamos ir reconociendo nuestros errores, viendo sus resultados poco satisfactorios y vayamos aprendiendo a corregirlos, lo que irá conformando lentamente nuestra sabiduría.
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Esta secuencia te permitirá conocer sobre los fundamentos de la información de la Escuela de Paz Nueva Humanidad, provenientes del Maestro Gerardo Schmedling.
Luz Stella Solano M.
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Leyes divinas que rigen el universo
Ingresando a esta página conocerás todas las leyes que rigen el universo y el efecto que producen cada momento, cada día en cada uno de nosotros.
Quiero conocer las leyes
Genial. Cuando empezamos a trabajar en nosotros mismos conscientemente y verificamos q cada vez nos amamos mas y nos si tonizamos en la frecuencia del amor aparece la magia en nuestro ser y nuestras vidas….
Muchas gracias por tu valioso comentario. Bendiciones.
Excelente articulo, tus escritos son un alimento para el alma y el espíritu
Tu comentario es muy valioso y lo agradezco inmensamente.