El ser humano suele caer en el grave error de no valorar lo que tiene. Por andar ocupado pensando y desgastando su energía en aquello que no tiene, pero que anhela tener, se olvida de disfrutar, agradecer y usar lo que tiene, que en definitiva es lo que la vida le ha dado, con lo que puede contar en el momento presente, que además son los ingredientes que necesita para construir lo que sueña.

La vida nos ha dado todo o que tenemos porque lo necesitamos para construir un mundo mejor para nosotros y para los demás, no obstante, suele aparecer un componente que causa estragos y genera bloqueos: la queja.

Las personas tienden a quejarse de lo que tienen, ya que, en su afán por acumular cosas, construir fortunas y llenarse de objetos innecesarios siempre están deseando tener más y más. Lo cual no estaría mal, sino fuera porque esa condición le impide sentirse a gusto con lo que tiene, disfrutarlo y aprovecharlo. 

En el universo todos sin excepción tienen lo que necesitan para vivir bien, para ser felices y cubrir sus necesidades básicas; es la sociedad con sus principios basados en el tener y en el hacer, donde el ser humano cayó en el error de creer que la felicidad proviene de tener y hacer y no de ser.

Parece un trabalenguas, pero es real, con el afán por conseguir cosas y tener cada día más y más, vive enfrascado en oficios y ocupaciones que a cambio de producir satisfacción, generan estrés y agotamiento. La felicidad proviene del ser, encontrarse a sí mismos, llenarse de amor por el mundo que le rodea y servir a la humanidad, es lo que realmente hace feliz al hombre.

Tanto deseo de poseer y tener, de acumular y controlar desorienta al ser humano y lo lleva a perder el sentido de vida, dejándolo aturdido en un laberinto de incertidumbres, donde pierde su norte y tergiversa sus valores. 

El resultado de no valorar

Quien no valora lo que tiene y a cambio se queja reiterativamente, poco a poco comienza a perderlo, ya que la queja es el ingrediente perfecto que genera bloqueos no solo en las relaciones que tiende a destruirlas, sino en el área de la economía afectando notoriamente el flujo del dinero.

Quien se queja todos los días se siente triste, insatisfecho, amargado, enviando al universo un mensaje de que lo que tiene le produce sufrimiento y la vida se encargará de quitárselo para que no sufra más, para que al perderlo aprenda a valorarlo, esta es la causa por la cual es que podemos afirmar con certeza absoluta que:


Quien no valora lo que tiene, está en camino de perderlo.


Esto jamás podrá verse como un castigo; solamente se trata de un resultado de las creencias que hay en la mente, que nos impiden ser felices con lo que la vida nos da, llevándonos lentamente a través de la inconformidad y la no valoración a ser incapaces de servir, amar y valorar para finalmente obtener como resultado la pérdida de todo cuanto tenemos.

El servicio de amor

Si por el contrario comprendemos que es a través del servicio, el amor y la valoración como lograremos ampliar nuestras necesidades, entonces la vida misma se encargará de darnos cada día más, porque para servir más es necesario tener más, para amar más es necesario tener más, para valorar más es necesario tener más.

Este es un principio elemental que nos cuesta mucho trabajo comprender pero que, cuando logramos comprenderlo en toda su magnitud, dará como resultado a nuestra vida, eterna abundancia y prosperidad. Quien no ama, quien no sirve, quien no valora, no necesita nada y nada le será dado.

El principio de la valoración nos permite evaluar si estamos dentro de la ley. Si valoramos todo lo que tenemos, todas las experiencias de aprendizaje que la vida nos da, disfrutamos vivir, aprendemos a tener buenas relaciones, amamos la vida, todas las cosas y a todas las personas y, lo más importante, no interferimos con la evolución de otros; simplemente damos amor, información y respeto; estamos dentro de la ley.

Siempre que actuamos dentro de la ley las cosas fluyen fácilmente, se dan de manera natural sin luchas ni sufrimientos, con esfuerzo, dedicación y acción, pero serena y naturalmente. Mientras que, aquel que no valora lo que tiene y se queja de que es muy poco, incluso eso tan poco le será quitado, es ley universal.

Ley de evolución

La ley de evolución, por estar fuera de los triángulos y ser una ley intermedia, permite que el desequilibrio, el error y el absurdo estén en la ley universal, porque esa es la ley de los diseños pedagógicos. A veces un diseño pedagógico parece absurdo, pero cuando se resuelve la incógnita se convierte en una herramienta de trabajo.


Cualquier acción por fuera del fluir normal del universo caerá bajo el peso de la ley de evolución.


Cada vez que estamos agobiados de problemas a los que no les encontramos salidas por ningún lado, estamos actuando en contra del orden del universo sin saberlo.

Ese es el momento para reflexionar y preguntarnos qué estamos haciendo para descubrir en dónde nos estamos saliendo de la ley. Cuando las cosas se bloquean y no fluyen es porque de alguna manera actuamos en contra de las leyes que rigen el universo, y los resultados de dicha acción se manifiestan inevitablemente.

La única razón existente para que nuestra vida no fluya y las cosas nos salgan mal es que nos encontramos actuando fuera de la ley. Lo que para nuestra limitada mente humana es absurdo, está regido por leyes; cuando nuestras vidas son un caos, necesariamente nos estamos saliendo de la ley; conociéndola podemos colocarnos en su orden y fluir con la vida y el universo.


El ignorante se queja de la falta de oportunidades, el sabio sabe que solo existen oportunidades.


Gracias

Si ha sido de valor y te gustó este artículo puedes hacer tu comentario al respecto.

Esta secuencia te permitirá conocer sobre los fundamentos de la información de la Escuela de Paz Nueva Humanidad, provenientes del Maestro Gerardo Schmedling.

Luz Stella Solano M.

Si te gusto el artículo, déjanos tu comentario y comparte.

Leyes divinas que rigen el universo

Ingresando a esta página conocerás todas las leyes que rigen el universo y el efecto que producen cada momento, cada día en cada uno de nosotros.

Quiero conocer las leyes
Ir al contenido