Señal 7. El Principio de Generación
Todo cuanto sucede en nuestra vida actual, en el momento presente, lo que sucedió en el pasado y lo que sucederá en el futuro, ha sido creado por nosotros mismos.

“El destino es tu propia creación.
Tú has creado tu destino mediante el pensamiento y la acción.
Tú puedes reparar lo hecho por medio de pensar y actuar correctamente”
(Shri swami sivananda maharaj)
Todo cuanto sucede en nuestra vida actual, en el momento presente, lo que sucedió en el pasado y lo que sucederá en el futuro, ha sido creado por nosotros mismos. Somos los arquitectos de nuestra vida, por lo tanto, todas las situaciones difíciles que enfrentamos, son un resultado de nuestros propios errores. Son situaciones que, aunque sin saberlo, nosotros mismos hemos generado para poder aprender y evolucionar en el desarrollo espiritual.
Las dificultades que enfrentamos son lecciones que necesitamos aprender y aunque en muchas oportunidades nos causan grandes sufrimientos, son inevitables, porque el ego humano es supremamente terco, así que solamente el sufrimiento es el que conduce la mente hacia la necesidad de hacer un cambio.
Las dificultades, los problemas y el sufrimiento que los errores y la terquedad nos causan son las oportunidades de aprendizaje que la vida nos brinda. Sin embargo a la mente rígida y obstinada le cuesta trabajo aceptarlo y le toma mucho más tiempo comprenderlo. Pero, cuando finalmente logra hacer el clic, la energía se dispara, el corazón se abre y la vida cambia.
Es de vital importancia para nuestra liberación mental comprender que no existe el culpable, que nunca nadie nos ha hecho daño y que por lo tanto, nadie nos debe nada. Cada uno construye su propio destino, las palabras, los sueños, los pensamientos tienen el poder de crear el camino por el cual vamos a transitar en la vida. Tenemos el poder y la capacidad de seguir aferrados a los pensamientos negativos que nos traen desgracia, o de cambiarlos por otros que nos generen paz, armonía y felicidad. Nunca nadie ha podido entrar en nuestro pensamiento, somos los únicos pensadores en nuestra mente, así que a nadie podremos culpar de todo lo que creamos en ese espacio tan único y personal.
Igualmente nosotros tampoco hemos hecho daño a ninguna persona, las demás personas son quienes deciden hacerse daño con nuestras acciones. No existe el culpable, por lo tanto nadie puede hacerme daño, yo mismo me hago daño con lo que otros hacen o dicen, y los otros a su vez se hacen daño a sí mismos con lo que yo hago o digo. Esta es una línea de doble vía, va y viene, transita en ambas direcciones.
Inversamente nosotros también cometemos o hemos cometido errores, grandes o pequeños que pueden haber sido censurados e incluso repudiados por otras personas. En ambos casos es igual, los errores de los demás generan en nuestro interior el mismo rechazo, que nuestros errores generan en ellos.
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