Algunas personas viven en completa oscuridad, llenas de temores unas veces justificados y otras creados por una mente asustada que se siente desconectada de la gran fuente de Luz universal y por ello incluso hasta niega su existencia.

La oscuridad no existe

¿Cómo puede existir la oscuridad? ¿Cómo es posible que alguien pueda creer en la oscuridad si diariamente estamos siendo bañados por tanta luz? Esa que no solo nos alumbra, sino que además nos calienta, permite que nuestra sangre circule, que la tierra produzca nuestro alimento, las corrientes marinas y de los ríos se muevan, la naturaleza exista y la vida esté en constante movimiento.

La oscuridad proviene del temor del hombre, la luz, del amor de Dios, y es tan mágica que en aquellos lugares donde hay mucha oscuridad, con una sola llamita por pequeña que sea que se encienda, de inmediato se merma y mientras más vaya creciendo la luz, ella más va desapareciendo.

Este simbolismo es bien interesante, es un mensaje claro del universo. Dios es la luz, es el amor y mientras más estés lleno de Dios, mientras más amor hay en tu corazón, más luz hay a tu alrededor, más irradias y recibes. Contrariamente mientras más temor, odio y culpa hay, la luz es menor y por consiguiente la oscuridad es mayor.

La oscuridad no es una fuerza maléfica que te ataca y puede devorarte en cualquier momento, tampoco es algo que te atrae o empuja a ser malvado, vivir enojado o que atraiga cosas terribles a tu vida, eso no existe, ni siquiera es posible.

La oscuridad es solamente ausencia de Luz, distancia de Dios, vacío interior, desconexión y falta de reconocimiento de tu propia divinidad. Nadie puede atacar la oscuridad, ni tampoco se trata de eso, se trata de permitir que se encienda en tu interior la Luz Divina, el fuego sagrado del amor y por ende desaparece la oscuridad.

Enemiga silenciosa y solapada

Pero la oscuridad si puede atacarte en sentido figurado, es una enemiga silenciosa y solapada que te ataca cuando crees en mentiras, cuando juzgas sin piedad las acciones ajenas, cuando criticas, atacas o envidias los bienes y las bendiciones de otros, la oscuridad te ataca cuando buscas culpar a otros por lo que te sucede y te niegas a aceptar las consecuencias de tus actos.

No puedes destruir la oscuridad, ella siempre seguirá existiendo, lo que si puedes hacer es desaparecerla de tu vida encendiendo el fuego del amor en tu corazón. La oscuridad se va de ti cuando amas incondicionalmente, cuando te entregas a tu labor cotidiana con alegría, amor y gratitud, cuando asumes tus resultados y dejas de buscar culpables, cuando amas de verdad y das a otros lo mejor de ti.

La desdicha y el sufrimiento son estados de oscuridad interna o de penumbra que no te dejan ver la Luz manteniéndote en una baja frecuencia de vibración donde nacen la enfermedad, la miseria, el odio y el rencor.  La oscuridad es ese lugar donde vives con miedo y tienes mucho miedo de vivir, ese rincón solitario y alejado donde mueres de ansiedad e inanición, donde la sed de amor y paz interior secan hasta tus huesos y te consumes retorcido de dolor hasta morir.

El hermoso arte de aprender

La luz es ese lugar donde brilla el sol, donde nacen el amor y la paz interior, donde comprendes que no hay maldad, que todo lo que sucede en este maravilloso universo que habitamos sucede por amor. Ese hermoso lugar donde no existe el culpable, puesto que los errores se comprenden como evidencias necesarias de un hermoso proceso de aprendizaje, el arte de ser mejor cada día y sentirte a gusto contigo mismo y con el mundo que te rodea.

Cuando las cosas están enredadas y sientes temor y ansiedad, sube tu frecuencia de vibración y el panorama cambia de inmediato, sucede algo parecido a que tienes un sótano oscuro donde hay muchos objetos vacíos que no se han usado por años. Pocas veces bajas a él y enciendes una vela, lo único que vez son esos objetos, pero, si instalas luz y colocas varios bombillos de 100W, de inmediato te das cuenta de que hay muchas cosas llenas de mugre y polvo, cubiertas por telarañas como producto del paso de los años.

Al encender la luz en ese lugar, sube la frecuencia de vibración y lo que allí se encuentra comienza a vibrar también, creando una onda de frecuencia superior a la que hubo durante muchos años.

Luego al comenzar a organizarlas y limpiarlas descubres que hay objetos hermosos, valiosos y muy útiles que por falta de uso habías olvidado que tenías. Decides comenzar a usarlos y con ellos decorar tu hogar que se embellece más y más en la medida en que vas desempolvando aquellos tesoros olvidados.

Tu hogar resplandece, tu vida mejora y se llena de un brillo hermoso que nunca pensaste que existía. Pues lo mismo sucede en tu vida, cuando sales de la oscuridad producto de la negación de la existencia de la Luz.

Al encender esa radiante luz interior, ves todo con más claridad, encuentras fácilmente las fallas que hay que corregir y comienzan a emerger de las profundidades de tu ser los valores, las habilidades, la sabiduría y la comprensión acumuladas a lo largo de toda tu evolución.

Cuando limpias la mugre mental, las limitaciones conceptuales y las creencias falsas accedes a un entendimiento de Dios nunca antes logrado, y comprendes el funcionamiento de la vida y sus procesos y aceptas la existencia de Leyes Universales, sagradas y divinas que rigen todo cuanto existe y sucede.

Nueva vibración

Este proceso se está dando en el interior de muchos seres en este momento, la situación global los ha lanzado a las profundidades de su ser y están comenzando a descubrir belleza y calma nunca vistas. Esta nueva vibración pone muy nerviosos a aquellos seres que están en la oscuridad, a los rincones fríos y oscuros del alma, pues saben con certeza absoluta, que muy pronto van a desaparecer.

Quien abre su mente y corazón a la Luz de Dios, cambia su vida, cambia su estructura física, sana su mente, sana su alma, agranda su corazón. Creer en esos mensajes provenientes de mentes oscuras que van por la vida sembrando temor, duda y dolor, es apagar la Luz interior y condenarse a vivir en una cueva fría y oscura, con hambre de amor y enfermedad en el corazón.

Estos cambios traen consigo el dolor de la transformación y la ansiedad del desapego, toda metamorfosis es precedida por un momento doloroso de desprendimiento y cambio, para renacer a una nueva forma de vivir.

Surgirán enfermedades extrañas pero transitorias, te dirán que es estrés, que es depresión o muchas otras cosas, cuando en realidad se trata de movimiento interno, del proceso de botar la basura mental acumulada por años, de superar miedos y comprender realidades latentes que nadie puede negar.

Es la nueva vibración planetaria en la que habrá noches de desvelo y emociones inexplicables producto de la liberación de un cúmulo de miedos añejos y obsoletos, se trata del polvo acumulado por años que ahora se está limpiando. No te ofusques ni te llenes de miedo, no luches ni le des vueltas al asunto, mejor medita y suelta las cosas que no puedes controlar.

Quien no canaliza bien este proceso de transformación y cambio podrá sufrir dolores más intensos y ansiedad que parece incontrolable. Si vas al médico te formulará antidepresivos y analgésicos para que puedas evadir la oportunidad de ver claramente tu proceso de cambio y sigas dormido. Nuevamente tú eliges en qué realidad te vas a ubicar, qué quieres ver y cómo vivirás el resto de tu existencia.

Luz Stella Solano M

¿Ya abriste tu mente y tu corazón a la luz de Dios?

Gracias por leer “No existe oscuridad, solo ausencia de luz”.  Si te gusto el artículo, déjanos tu comentario y comparte.

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