Hay momentos en la vida de las personas en que hay que resolver de manera constructiva las penas del pasado que se convierten en cargas pesadas e insoportables, y dar paso a la liviandad del amor y el perdón.
Índice de contenidos
Perdonar, secreto para sanar y progresar
Todos necesitamos trabajar el perdón en mayor o menor escala. Aquellos a quienes les cuesta mucho trabajo amarse a sí mismos por lo general tienen en lo más profundo de su ser un resentimiento escondido, un dolor del cual no han logrado desprenderse, que empantana su terreno mental y lo hace resbalar fácilmente hasta caer en el autorechazo, poco amor y poco respeto por sí mismo.
Es curioso como los seres humanos nos engañamos a nosotros mismos sin darnos cuenta, cuando nos vemos cara a cara con el dolor que sentimos por un suceso del pasado, que por lo general proviene del comportamiento de otra persona que nos rechazó, se burló de nosotros, nos atacó injustamente, hirió, engañó, abusó de nosotros física o mentalmente, agredió brutalmente, ultrajó de alguna manera o cualquier comportamiento negativo o despreciable.
El rechazo al perdón se centra en la idea de que creemos que al perdonar estamos haciéndole un bien al protagonista de nuestro dolor, sentimos que el dolor fue tan grande y la falta tan imperdonable que decidimos cargar con ese resentimiento por siempre y muchas veces en silencio.
Gran error, en realidad esta conducta es una autocondena pesada y destructiva que nos mete en una cárcel oscura y tenebrosa, pero, que somos nosotros mismos los que voluntariamente decidimos entrar en ella.
El perdón abre el corazón
El perdón es un camino hacia el corazón y el amor por nosotros mismos, muchos llevan años y años cargando con resentimientos y dolores del pasado, sintiendo una rabia tan fuerte que no logran controlar por un suceso del pasado del que no pueden olvidar.
Cuando un ser humano vive refrescando en su memoria un suceso doloroso del pasado, permanece inmovilizado en la prisión del resentimiento tragando a diario una cucharadita de veneno mortal. Este veneno poco a poco distorsiona su visión de la vida afectando las relaciones con el entorno y con las demás personas, amargando su carácter y bloqueando su paz interior y felicidad.
Es imposible estar sano y ser libre cuando se sigue atado al pasado. Muchas veces las personas afirman: “lo que me hicieron es imperdonable”. Ningún suceso por violento que sea es imperdonable para un corazón que alberga el amor, para una conciencia que comprende que cada uno hace lo mejor que es capaz de hacer en un momento determinado.
Todos actuamos con el entendimiento y el conocimiento que tenemos y de acuerdo a nuestro nivel de conciencia, la gente no puede actuar de una forma diferente a su propio nivel de comprensión. Invariablemente, cualquiera que maltrate a otra persona o ser vivo ha sido maltratado de niño.
Mientras más elevado haya sido el nivel de violencia del que fue víctima en su infancia, mayor es su propio dolor íntimo. Obviamente, esto no justifica su comportamiento y actos violentos del presente, pero muestran un daño real en la mente de ese ser humano y por nuestro propio crecimiento espiritual, debemos tener conciencia de que esas personas sufren por su incapacidad de controlar sus comportamientos agresivos.
Pertenece al pasado
El incidente pasó hace ya mucho tiempo, déjalo pasar por tu propio bien, suelta para que puedas vivir en armonía, y ser libre mental y espiritualmente. Regálate la libertad, sal de la prisión, respira libre, suelta las cargas, pesan mucho y te aprisionan, asómate al sol de la vida.
En caso de que el incidente aún se sigue repitiendo, no es con resentimiento que encuentras la solución, sino dándote cuenta de que tu falta de amor propio y autovaloración es tan poco que sigues aguantando algo así. ¿Por qué te quedas en esa situación? Descubre que lo que te mantiene atado a una situación dolorosa proviene de tu interior y eres tú quien se siente incapaz de finalizar radicalmente la situación que te atormenta, es tu miedo el que te paraliza, no la acción de quien te maltrata, domina o abusa de ti.
¿A quién te cuesta trabajo perdonar?
Esa persona a quien más te cuesta perdonar es la que te está enseñando, es la que sin saberlo te impulsa a que cambies, a que te liberes y vueles alto.
No es ella la que te impide volar, no es ella la que te corta las alas, eres tú quien decide someterse y vivir encerrado en la cárcel del resentimiento y el miedo. Cuando te ames a ti mismo lo suficiente para elevarte por encima de la situación de antaño, comprenderás que nadie te hace daño, que eres tú mismo quien continúa atado al daño pasado, entonces el perdón fluirá por sí mismo.
Volar libremente
Eres el único que decide si vuelas libre por los cielos sin cargas del pasado o si te parece más seguro seguir empantanado en tu antiguo resentimiento y encerrado en tu amargura.
No perdonas al otro, no hay nadie a quien perdonar, hay simplemente que comprender que lo sucedido fue una lección que debías aprender por alguna razón, que justamente ese evento era el necesario para sanar el corazón aprendiendo a perdonar con amor, aceptar sin resistencias los errores propios y ajenos y agradecer la transformación interna y la maravillosa sensación de bienestar y paz interior que nacen en nuestro interior en el mismo momento en que soltamos el resentimiento y nos entregamos al amor.
Nunca te podrás amar si tu alma está envenenada por el rencor, nunca podrás ser feliz si cargas con resentimientos pesados que opacan tu existencia humana. Quien te hirió ya lo olvidó, y quien se sigue tomando el veneno diario eres tú mismo.
¿Qué te ha causado más daño? La acción violenta, indebida y equivocada de otro, o el veneno cotidiano que consumes durante años por esa acción. ¿A quién tienes que perdonar realmente? Al que te hizo daño en el pasado, o a ti mismo que sigues agrediéndote mentalmente con tu resentimiento.
Suelta las cargas y sé feliz, solo tú lo puedes hacer, vive libre de ataduras y lleno de paz interior.
Luz Stella Solano.
¿Te atreves a volar libremente o te sigues tomando a diario el veneno?
Gracias por leer “Perdonar, secreto para sanar y progresar”. Si te gusto el artículo, déjanos tu comentario y comparte.

Club Mente en Paz
Exclusivo Club diseñado para la Transformación del Ser.
Recibirás sabiduría e información que apoya tu Paz Interior.
Quiero pertenecer al Club
Gracias la verdad es q uno se llena de resentimiento pero poco a poco se va dando cuenta de que uno es el más afectado
Si así es, el resentimiento solo afecta y causa mucho daño a quien lo siente. Gracias por tu comentario.
Cuando comprendemos que no es el otro, si no nosotros mismos quienes nos hacemos daño, al recrear una y otra vez el pasado de dolor….Es ahí con la comprensión, cuando podemos ser libres del sufrimiento.
Gracias por tan bello artículo
Con mucho gusto y muchas gracias a ti también por tu valioso comentario. Bendiciones