Hoy el cielo y el infierno no son más que estados mentales, todo depende del lugar en que ubique mi mente, de lo que elijo ver. Si veo el mundo como un valle de lágrimas, donde solo existen problemas y sufrimientos, viviré en el infierno. Si por el contrario lo veo hermoso, lleno de retos, aventuras y oportunidades grandiosas, viviré en el cielo.

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