Hoy abro mi mente y mi corazón a lo nuevo, lo extraño y lo no convencional. Abandono el orgullo que me impulsa a rechazar lo desconocido e invalidarlo, solo porque me cuesta trabajo aceptar los cambios. El orgullo y la terquedad son obstáculos en el camino espiritual, que nublan la mente e impiden avanzar, son una piedra en el despertar de la conciencia.

Ir al contenido