Hoy amo lo que hago, disfruto cada una de mis actividades diarias. No desperdicio mi tiempo y energía anhelando hacer otra cosa o deseando estar en algún lugar diferente. Acepto mi vida como es, comprendo que estoy en el lugar perfecto, en el momento justo y con un propósito específico. Me entrego a mi tarea diaria, la hago con gozo y amor.

Skip to content