Hoy soy prudente y me alejo del veneno de los elogios y de las críticas. No creo en aquellos que me elogian sin motivo, tampoco en quienes me critican sin causa aparente. Me libero de las opiniones ajenas evitando que aumenten mi ego, o destruyan mi autoestima. Creo en mí y en mis capacidades con sensatez.

Ir al contenido