Hoy sirvo con amor incondicional y siento como mi conciencia se expande al hacerlo. No se comprende la vida desde el ego, sino desde la conciencia. Cuando disuelvo las creencias limitantes del ego la vida se convierte en una entrega amorosa y gentil al servicio de nuestros semejantes, esa es la eterna fuente de la paz verdadera, esa que nada ni nadie puede quitarme.

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