Hoy actúo con un amor excepcional, diferente al que comúnmente conocemos. Ese que da sin pedir nada a cambio, que como el aire llena por dentro todo recipiente y por fuera lo envuelve, ese que como el árbol se inclina para ofrecer sus frutos y no se jacta de ello. Ese que solo un alma en paz y un corazón noble pueden otorgar, sin medida ni condición alguna.

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