Hoy el fin de la vida no es la muerte, es el desperdicio, es estar muertos en vida, distraídos y confundidos en sufrimientos inútiles e innecesarios, producidos por creencias limitantes que podemos superar solo con limpiar la mente y abrirla a nuevas posibilidades. Poseemos talentos que desperdiciamos por ausencia de paz y amor en el corazón.

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