Hoy la gran diferencia entre pobres y ricos, enfermos y sanos, triunfadores y perdedores es la actitud que tienen ante la vida. Una actitud positiva, confiada, proveniente de una mente en paz y emocionalmente sana, hace una gran diferencia. Unos se quejan sin hacer nada, otros actúan rápida y eficientemente, sin quejarse.

Skip to content