De niños, todos sufrimos carencias y enfrentamos dificultades, sentimos dolores que no comprendimos, encaramos privaciones que los adultos que nos rodeaban no pudieron satisfacer por cualquier razón, pero que marcaron nuestra vida para siempre.

Tu niño interior vive en ti

Es posible que pienses que ya no tienes nada que ver con ese niño o niña que algún día fuiste, que sus travesuras y sensibilidad ya nada tienen que ver contigo, pues no es verdad. Ese niño inquieto, algunas veces asustado y temeroso, otras desafiante e inquieto aún vive en ti. 

Todavía vives su vivacidad, espontaneidad y su pureza, la inocencia del niño que un día fuimos en ocasiones despierta los recuerdos tristes de la infancia, porque hay heridas guardadas que no han sanado, convirtiéndonos en adultos sensibles y vulnerables, pero sobre todo temerosos e inseguros.   

No importa si la herida proviene de algún abuso físico o psicológico causado por una persona ajena a tu núcleo familiar, o que el ambiente del hogar en que viviste tu infancia haya sido disfuncional, sin importar cual sea su origen es algo que hay que sanar.

Los miedos, las angustias y abusos que sufrimos cuando niños, nos acompañan hasta la vejez si no se sanan, causándonos muchos problemas que nos impiden construir relaciones satisfactorias y estables, incapacidad de tomar decisiones y de avanzar por la vida libres de cargas y sufrimientos pasados.

Dolor que no se sana, vive con nosotros

El dolor causado por estas situaciones infantiles vivirá en nosotros por el resto de nuestras vidas; y puede que dispare recordatorios inesperados en cualquier momento que te impiden aprovechar grandes oportunidades que se te presenten.

Cuando logramos conectar con ese niño o niña que vive dentro de nosotros, podemos solucionar conflictos internos que nos atormentan, sanar heridas que duelen y superar miedos que nos paralizan, descubrir las causas de nuestros temores, fobias y patrones de comportamiento tóxicos que algunas veces padecemos sin siquiera darnos cuenta.

Cuando empezamos a liberar ese dolor guardado por años, inicia un proceso en el cual no necesitamos revolver y ni siquiera revivir recuerdos dolorosos, solo aceptar que están allí y comprender que los podemos soltar, en ese momento la vida adquiere un matiz diferente, entonces puede ocurrir una transformación grandiosa y una sanación mágica.

Dentro de cada uno de nosotros hay un niño pequeño sufriendo que necesitamos llenarlo de amor y comprensión, protegerlo para que ese miedo y sufrimiento puedan desaparecer. Usualmente cuando sentimos dolor desde lo más profundo de nuestro ser, es ese niño interior asustado que nos está llamando, implorando que lo escuchemos y ayudemos, que le demos todo el amor y la comprensión que en su momento no recibió.


Olvidarnos del dolor, pretendiendo ocultarlo o negarlo, produce aún más dolor.


No se trata de ocultar su existencia, se trata de reconocer su presencia en nuestra vida y de sanar su legado, para vivir una vida plena, feliz y en paz. Las investigaciones han demostrado que el cuerpo guarda dolores tanto emocionales como físicos, que al ser ignorados y olvidados se conservan, hacen que el dolor permanezca ahí para siempre y aparezca en los momentos menos indicados, nublando nuestra mente, bloqueando nuestra capacidad de discernimiento y causando sufrimiento.

Muchas veces es difícil deshacerse del bagaje que cargamos desde que éramos niños, especialmente cuando hemos estado expuestos a traumas profundos, por eso es necesario sanarlos para que dejen de pesar. Reconocer nuestro niño interior significa tratarlo con amor y respeto, tomarlo en serio para que ocurra la verdadera transformación y sanación.

Solo amando y sanando a nuestro niño interior podemos empezar a amarnos a nosotros mismos, y posteriormente, en consecuencia, a los demás. Sanar el niño interior es empoderarnos para empezar a sentirnos bien con nosotros mismos, felices de ser quien somos y enfocarnos plena y conscientemente en el presente…soltando los momentos tristes y dolorosos del pasado. 

Sanar nuestro niño o niña interior nos proporciona una sencilla forma de reparar el pasado para liberar de cargas pesadas e innecesarias el presente. Llegar a tu niño interior es nutrir el alma y rescatar nuestra capacidad de expresar libremente y sin temor el amor.

Expresar el amor

Un niño interior afectado es incapaz de expresar el amor, puesto que siente mucho miedo al rechazo o a la burla que posiblemente le desgarraron el corazón en épocas pasadas. En el interior de todo adulto huraño y retraído se esconde un niño burlado y asustado.

Al darle a ese niño aquello que necesita: apoyo, comprensión, cariño, aceptación, protección y explicarle que no tiene nada que temer y que es momento de atreverse a soltar el miedo, a valorarse y respetarse, como por arte de magia, el estado de ánimo cambia.

Visualizar el niño interno en momentos de soledad y dolor emocional, posiblemente lo verás en una esquina, muy triste y asustado. Si el adulto que hoy eres, lo toma de la mano, lo acoge en sus brazos, le consuela y lo llena de caricias poco a poco la soledad y el miedo se van diluyendo y la paz y el amor van emergiendo.

Así todos podemos llenar nuestras carencias de amor y también la falta de dirección, apoyo y comprensión, reparar las situaciones que nuestro niño o niña no puedo manejar en la infancia porque éramos inocentes y muy pequeños para comprender el mundo que nos rodea. En ese momento no podíamos, pero ahora ya podemos, ya tenemos los recursos necesarios para suplir todas las necesidades de nuestro niño interior.

Ahora cambiando la imagen de un niño abandonado y solitario por la de un niño protegido y amado cambia la emoción y sana el momento presente.  Lo que ocupa la mente afecta el cuerpo y las emociones, de manera que al introducir transformaciones en términos de imágenes mentales, esas sensaciones de dolor también desaparecen.

Sanando el niño interior sanamos reacciones aprendidas en el pasado y podemos cambiarlas por otras más adecuadas, serenas y acertadas. Sanar el niño interior es cambiar y mejorar nuestra vida emocional.

¿Algunas veces sientes que te retraes, sientes miedo de hablar y expresar tus sentimientos y emociones? Por favor si este artículo es de tu agrado, comparte y comenta con los demás lectores, tus comentarios nos enriquecen a todos.

¿Y tú, ya sanaste tu niño interior y rescataste la capacidad de expresar libremente y sin temor el amor?

Luz Stella Solano

Gracias por leer “Sanando tu niño interior”.  Si te gusto el artículo, déjanos tu comentario y comparte.

Club Mente en Paz

Exclusivo Club diseñado para la Transformación del Ser.

Recibirás sabiduría e información que apoya tu Paz Interior.

Quiero pertenecer al Club

 

Skip to content