Cortando piedra, dijo uno con indiferencia.
-Ganándonos unos francos, repuso secamente el segundo.
El tercero suspendió su labor por un momento y con marcado entusiasmo respondió:
-Estamos construyendo una hermosa catedral que va a ser la más importante de la ciudad.
Hacen falta personas que “construyan catedrales” , que puedan verlas, aunque apenas estén iniciando su construcción, que imaginen lo bella y imponente que será, que vibren con entusiasmo y alegría y sientan amor por lo que hacen.
No importa que todavía no lo sea, algún día lo será. Sólo tu le das valor a tu trabajo y construir con tu imaginación el camino hasta donde quieras llegar. Para llegar muy lejos en la vida y hacer realidad los sueños, la cuestión, no es que nos guste lo que hacemos como nos ha enseñado la cultura.
Es al contrario, se trata de que cualquier función que la vida nos brinde la oportunidad de realizar, aprendamos a hacerla con amor, con pasión, compromiso y gratitud. Si tienes un trabajo que te desagrada por alguna razón, no importa cual sea, debes comprender que estás en ese lugar porque necesitas aprender algo, y que cuando hayas aprendido lo necesario, la misma vida se encargará de conseguir un lugar mucho mejor para ti, que te agrade y donde aprendas cosas nuevas.
Aprende a amar lo que haces, aunque no te guste, ese es el secreto para que se abran las puertas de nuevas y maravillosas oportunidades en la vida.
SI NO PUEDES HACER LO QUE TE GUSTA, APRENDE A QUE TE GUSTE LO QUE HACES
No se labora por dinero, ni por obligación, se labora por el deseo interno de ser útiles a la sociedad, a la familia y a uno mismo. En todas partes se necesitan seres que quieren lo que hacen, aunque no hagan lo que quieren. Que en su labor diaria ven la posibilidad de servir a la humanidad sin condiciones y sin restricciones de ninguna especie, porque aprendieron a “construir catedrales”.
Adquiere una nueva visión de la vida y de lo que haces.